Una lectura a la luz del conflicto palestino-israelí tras el cambio de postura salafista respecto a Irán

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Una lectura a la luz del conflicto palestino-israelí tras el cambio de postura salafista respecto a Irán

Escrito por abdelkebir belafsahi Y traduciendo por nosotras

El ámbito islámico ha presenciado recientemente un cambio notable en la postura de algunas figuras salafistas respecto a Irán, tras los ataques lanzados por este último contra Israel en el contexto de la escalada en curso tras la agresión a Gaza. Este cambio ha suscitado numerosas preguntas sobre las razones de este cambio temporal o potencial, sus consecuencias y la naturaleza del cambio en las prioridades de la mentalidad salafista entre la constante doctrinal y la realidad política.

En el contexto general de este cambio, la agresión israelí a Gaza representa un punto de inflexión emocional e ideológico en la conciencia islámica, donde confluyen diversas referencias intelectuales, incluso aquellas que durante décadas han elevado el conflicto doctrinal con los chiítas, como el salafismo. Los ataques iraníes contra Israel fueron un evento simbólico que otorgó a Irán, aunque temporalmente, la condición de “actor de la resistencia”, en un momento en que los pueblos árabes sufren el abandono regional oficial.

Existen posturas salafistas divergentes respecto a Irán, con una corriente que apoya a Irán de forma condicional. Algunas figuras salafistas, como el jeque Hassan al-Kattani y sus discípulos, han expresado su apoyo simbólico a Irán en este momento, basándose en la lógica de “apoyar a los oprimidos” o en un enfoque de “selección gradual” que prioriza el conflicto con Israel sobre cualquier otro asunto. Esta postura refleja un cambio de prioridades, ya que la hostilidad sectaria ya no es un obstáculo absoluto para el diálogo político con fuerzas hostiles a Israel.

También existe una corriente de rechazo categórico, en la que un grupo de salafistas ha mantenido su postura tradicional, negándose a apoyar a Irán, incluso contra Israel, adhiriéndose al principio de “Oh Dios, golpea a los opresores con los opresores y sácanos de aquí ilesos”. Esta corriente se basa en una visión que considera el proyecto iraní como una extensión de la hegemonía safávida, y que cualquier fortalecimiento de este, incluso simbólico, favorece la expansión chií.

Existen factores que explican este cambio. La evolución de la conciencia política en el movimiento salafista se ha caracterizado en parte por una revisión imprevista de su literatura tradicional, especialmente tras las oleadas de la “Primavera Árabe”. Esto lo ha vuelto más receptivo a las dimensiones políticas y realistas de los conflictos, en lugar de limitarse a la clasificación ideológica.

También se ha constatado el surgimiento de la prioridad de la causa palestina, ya que Palestina representa un punto de consenso islámico entre las sectas. Los recientes ataques iraníes han creado un nuevo espacio para reevaluar las prioridades. Parece que Irán actuó sobre aquellos funcionarios árabes que no actuaron, independientemente de sus intenciones o agendas.

También está la influencia de las imágenes simbólicas y el conflicto mediático. En la era de la comunicación digital, las imágenes y los acontecimientos inmediatos se han convertido en un símbolo poderoso. En consecuencia, el mero hecho de que Irán atacara a Israel, aunque fuera de forma limitada, le otorgó el simbolismo de la “resistencia” en la conciencia de segmentos de la juventud salafista, muy alejados de su contexto ideológico habitual.

Considerando las implicaciones de este cambio, no representa un cambio doctrinal de la postura salafista respecto a los chiítas, sino más bien refleja un cambio pragmático temporal impuesto por un momento político excepcional.

Todo esto apunta al surgimiento de un nuevo movimiento salafista inclinado hacia el “pragmatismo nacional” o el “sentimiento islámico”, mediante el cual los conflictos sectarios retroceden en favor de cuestiones centrales como Palestina. Por otro lado, la continuidad de este cambio depende del futuro comportamiento iraní, ya que el regreso de Irán a la retórica sectaria o las intervenciones sangrientas en la región podrían llevar a los salafistas a un estado de completo distanciamiento.

El cambio en la postura de algunos salafistas respecto a Irán representa un modelo para comprender los cambios que afectan a los movimientos islámicos conservadores en el contexto de grandes crisis. Este cambio refleja una lucha interna entre constantes doctrinales e imperativos políticos, y plantea profundas preguntas sobre el futuro de la relación entre la identidad sectaria y las posiciones políticas dentro de los movimientos islámicos contemporáneos. Sigue siendo importante seguir de cerca estos cambios, ya que delinean los contornos de una nueva fase del compromiso islámico con las cuestiones de la nación en un momento de complejas transformaciones regionales e internacionales.

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