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.?China ataca el corazón de Estados Unidos. ¿Ha terminado la era de la hegemonía estadounidense

.?China ataca el corazón de Estados Unidos. ¿Ha terminado la era de la hegemonía estadounidense

Escrito por abdelkebir belafsahi Y traduciendo por nosotras


En el escenario de la gran guerra económica, no se oyen cañones, pero los precios de los metales suben, y tras la aparente calma se libra la batalla más feroz del siglo XXI, donde esta vez China no ha disparado ni un solo tiro, pero ha asestado tres golpes estratégicos capaces de sacudir el trono de la economía estadounidense

La primera ventaja de China reside en que posee más de 440 millones de toneladas de minerales de tierras raras, lo que equivale a la mitad de las reservas mundiales y es casi 23 veces superior a las de Estados Unidos. Estos minerales no son meras materias primas, sino que constituyen la base de industrias modernas como la inteligencia artificial, los coches eléctricos, los sistemas de defensa, los satélites y los teléfonos inteligentes

Cuando la administración Trump inició la guerra comercial, Pekín respondió con un arma silenciosa pero letal: restricciones a la exportación de siete de los metales raros más importantes, como el galio, el germanio y el neodimio. Esta medida significó, sencillamente, paralizar la capacidad de Washington para fabricar chips, aeronaves y armamento inteligente, ya que todo dispositivo avanzado del mundo necesita al menos un átomo de estos metales chinos. De este modo, Estados Unidos comprendió que China no responde con fuego, sino que controla el futuro

La segunda arma es el golpe más severo, porque no vino de afuera, sino del corazón de los campos estadounidenses, y porque en un momento dado Pekín anunció el cese de las importaciones de maíz, soja y carne de Estados Unidos, productos básicos que constituyen la savia de los estados del Medio Oeste estadounidense, la base electoral más importante para el presidente Trump

Esta decisión supuso un terremoto económico en la América rural: los pedidos cesaron, los silos se llenaron de cosechas, los precios se desplomaron y la temporada de la cosecha se convirtió en una pesadilla, ya que los agricultores perdieron casi la mitad de sus ingresos y se alzaron los gritos: ¿A quién le vendemos? ¿Quién nos salvará

China, por otro lado, prácticamente no perdió nada. Posee enormes reservas de soja suficientes para abastecerse hasta 2026 y depende de importaciones alternativas de Brasil y Argentina. Washington se vio inmerso en una asfixiante crisis política y económica, ya que China, con astucia, atacó la base popular de la que depende Trump, sin disparar un solo tiro

La tercera arma es el control del comercio mundial. Mientras Estados Unidos se centraba en expandir su influencia militar, China tejía una intrincada red de relaciones comerciales y se convirtió discretamente en el principal socio comercial de 60 países en todo el mundo, mientras que Estados Unidos se negó a serlo solo para 30

China lanzó la Iniciativa de la Franja y la Ruta, conectando Asia, Europa y África con una extensa red de puertos y ferrocarriles, y convirtiendo a Pekín en un centro neurálgico del comercio mundial. Hoy, China posee la mayor flota mercante del mundo y opera más de 100 puertos en Asia, Europa, África y América Latina.

Ya no se trata solo de comercio; se trata de controlar los resortes de la economía global. Quien controla el mar controla el comercio, y quien controla el comercio dicta las reglas. China hoy no necesita una guerra para paralizar una economía; le basta con retrasar un envío o aumentar los aranceles para colapsar las cadenas de suministro y cerrar fábricas enteras

La cuarta arma, menos conocida, fue la siguiente: a medida que la confianza en el dólar estadounidense disminuía, China desplegó una herramienta más poderosa: el oro. Según informes de Bloomberg, Pekín ha acumulado más de 2300 toneladas de oro en la última década y estableció su primera bóveda de oro extraterritorial en Hong Kong, afiliada a la Bolsa de Oro de Shanghái. El objetivo es claro: transformar a China en un centro global para el almacenamiento y la fijación de precios del metal precioso, reemplazando a Londres y Neu York

Simultáneamente, China redujo sus tenencias de bonos del Tesoro estadounidense de más de un billón de dólares a aproximadamente 730 mil millones y continuó con sus compras mensuales de oro. Mediante estas acciones, Pekín está construyendo un sistema financiero paralelo, posicionando al yuan y al oro como alternativas al dólar en las transacciones internacionales, a medida que se configura un nuevo orden mundial

En 2025, el PIB combinado de los países BRICS Plus (China, Rusia, India, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Brasil e Irán) superó por primera vez en la historia el PIB combinado de los países del G7. Estas alianzas ya no son simples alianzas, sino el núcleo de un nuevo orden mundial no dominado por Washington

El mundo está cambiando rápidamente. India aspira al cuarto puesto en la economía, Rusia está vinculando su suministro energético a China e India sin depender del dólar, y las alianzas en el Sur Global se fortalecen. El poder ya no se mide por la cantidad de tanques, sino por quién controla la tecnología, los minerales, los puertos, los alimentos y el oro

Las guerras antiguas comenzaban con tanques, pero estas comenzaron con un coche eléctrico y un puerto chino. Estados Unidos aún posee armas, pero China posee el futuro. No ha disparado ni un solo tiro, pero ya ha rediseñado el mapa del poder global. La era estadounidense quizá no haya terminado aún, pero el mundo tal como lo conocíamos sin duda ha llegado a su fin

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